miércoles, 18 de enero de 2012

El artículo de la semana.


¿Por qué debería

n escanear tu Código QR?
Por Juan Ángel Poyatos, director de Selenus.

¿Códigos QR? No gracias, ya tengo uno”. Esta es una de las respuestas con la que nos solemos topar las agencias de marketing móvil a la hora de desarrollar estrategias que emplean los códigos QR como reclamo publicitario. Y es que, tras la irrupción del pequeño recuadro bidimensional en el mundo de la comunicación, todavía son muypocas las empresas que ven en este instrumento algo más que un simple redireccionamiento a su página web o al perfil en Facebook.

Para quien aún no sepa de qué estamos hablando, el código QR es una evolución del código de barras tradicional, capaz de almacenar más información a la que se puede acceder desde un teléfono móvil con conexión a Internet. Para ello basta con disponer de un lector gratuito en nuestro terminal que se instala como cualquier otra aplicación.

Cualquiera puede generar un código desde un gestor gratuito. Y, entonces, algunos se preguntan: ¿para qué necesito una empresa de marketing móvil si me lo puedo hace yo mismo? Lo que equivaldría a decir: “¿para qué necesito una estrategia de branding si puedo hacer mi propio logo?” o “¿para qué necesito un gabinete de comunicación si ya sé escribir”? o “si eres alguien creativo, ¿para qué necesitas una empresa de publicidad?”. El código QR es solo un instrumento pero, para que realmente sea útil, hay que convertirlo en una estrategia eficaz.

Y eso solo es el principio: el contenido también deberá adecuarse a un formato universal que resulte usable en los diferentes móviles del mercado (por ejemplo, a través de una webapp); ofrecer información que resulte útil para nuestro público en el momento y/o lugar en el que lo escanea; proporcionar un sistema de estadísticas (feedback); disponer de un hosting para modificar el contenido cuando queramos, o dotarlo de viralidad en las redes sociales, entre otras posibilidades.

De lo contrario, ¿por qué iba alguien a escanear tu código QR? Y, aunque lo hiciera, ¿crees que repetiría si lo que les ofreces es un mero enlace a una web corporativa que, en algunos casos, ni siquiera se puede ver en el móvil?

Un inmenso potencial

El código QR es tan solo la punta de un nuevo iceberg que ha emergido en el viejo océano de la comunicación y la publicidad. Es un error pensar que la gente va a escanear nuestro QR simplemente porque lo hemos puesto en una tarjeta de presentación o en un anuncio en prensa. Tarde o temprano, el público acabará acostumbrándose a su presencia y solo aquellos códigos QR que formen parte de una buena estrategia de marketing reclamarán su atención. La clave del éxito reside, por tanto, en aportar un valor al usuario. Solo así conseguiremos aprovechar el inmenso potencial que se esconde tras este nuevo canal.

Con el tiempo, todas las empresas tendrán que disponer de una versión móvil para sus contenidos online si no quieren quedarse rezagadas frente a la competencia. Sobre todo teniendo en cuenta que cada vez más gente utiliza su smartphone para navegar (en España, 2 de cada 3 teléfonos ya dispone de conexión a Internet). Para garantizar una mínima utilidad y usabilidad, ningún código QR debería vincular a una web que no disponga de una versión móvil.

El código solo es el gancho

Pongamos por ejemplo un código que sortea una cena en un restaurante, otro que regala descuentos para una tienda de ropa y un tercero de una empresa que premia a los empleados que planteen medidas de ahorro energético. En realidad, el premio no deja de ser una excusa para promocionar el menú del restaurante, presentar el catálogo de productos de la tienda o involucrar a los trabajadores en los objetivos estratégicos corporativos.

Con un poco de ingenio, los códigos QR pueden ser un valioso instrumento de promoción. Y si encima van acompañados de viejos reclamos que gozan de popularidad, el éxito de la estrategia está prácticamente garantizado. Un ejemplo reciente es el de Bed’s, la cadena de descanso líder en España, que con la ayuda de Selenus, ha convertido literalmente su código QR en un juego de lotería. El público podía capturar el código QR para comprobar si el “escaneo” tenía premio y, en tal caso, recoger su regalo en la tienda más próxima, haciendo de esta iniciativa una interesante estrategia de venta.

Medir el ROI

Los códigos QR son un escáner de doble cara. Al colocar el QR en un soporte físico tipo cartel, acompañado de un mensaje atractivo que incite al escaneo, no solo estamos ofreciendo un valor añadido al usuario, sino que además podemos obtener una valiosísima información sobre nuestro ROI. Cuántos, cuándo, dónde… dicho de otro modo: si le interesa el rendimiento de su inversión, los códigos QR tienen mucho que contarle.


Especialmente en esta época, necesitamos acompañar nuestras estrategias de marketing con sistemas que permitan medir el retorno de esa inversión (Return on Investment, ROI). El uso de códigos QR dentro de una estrategia bien planteada facilita enormemente muchas de estas mediciones. Podremos saber, por ejemplo, cuántas personas escanean nuestro QR, cuánto tiempo están dentro, cuántas descargan un cupón o exactamente desde dónde están accediendo. ¿Cuánto habríamos pagado por disponer de esta información en campañas que utilizaban soportes estáticos, como un anuncio en prensa o un cartel?

Está claro que los códigos interesan mucho a los consumidores y que los anunciantes ya se han dado cuenta. Ahora, que cada uno decida qué valor le quiere dar a este nuevo canal de comunicación y marketing.

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